NUEVAS COMPETENCIAS PARA EL PROFESORADO UNIVERSITARIO: LA PERSPECTIVA DE GÉNERO APOYADA EN TIC
Introducción
En la actualidad las instituciones de educación superior se enfrentan al delicado reto de la formación de individuos, su desarrollo personal y social y sus valores y estrategias de convivencia con realidades siempre más plurales, que introducen diariamente nuevos valores y creencias y cuestionan los trasmitidos por la tradición. Esta tradición hasta hace poco marcaba significativamente la definición de la manera aceptada y supuestamente correcta de ser, hacer y pensar.
Al reflexionar sobre el sentido de la educación resulta difícil prescindir de los cambios y de la aparente inestabilidad del conocimiento. La educación no se realiza en el vacío, sino en el contexto sociocultural en el que se desarrolla. La realidad no es un simple producto de estructuras o sistemas, sino mucho más: la construcción que de ella se hace en el día a día. Desde dicha concepción, el modelo de sociedad se forma continuamente en función de la interacción de los individuos que la componen. Ello permite pensar en una educación que es un órgano reproductor, pero, a la vez, un elemento capaz de crear nuevas formas de ver el mundo, nuevas formas de pensarlo y nuevas formas de actuar, incluso alternativas a las existentes.
Consideramos que las sociedades actuales tienen que pedir una adecuación de la educación a los nuevos retos y los valores que se presentan, reconociendo la importante función que tiene en el desarrollo de las personalidades que forman parte de nuestra sociedad y, por supuesto, en la creación de valores.
PERSPECTIVA
Perspectiva de género en la educación
La igualdad entre los sexos constituye uno de los principales desafíos que, desde ya hace mucho tiempo, se presenta a la hora de construir sociedades justas, democráticas y representantes de valores éticos para la formación de nuevas sociedades del conocimiento.
En efecto, éstas no podrán ser auténticas sociedades de aprovechamiento compartido del saber si excluyen a más de la mitad de la población mundial. Así que, desde la educación tenemos que enfrentar la transmisión de una nueva perspectiva de relación entre hombres y mujeres, que sea coherente con los principios universales de equidad y dignidad, y que analice y valore las diferencias.
El profesorado se encuentran ante competencias difíciles de definir: las competencias en valores. ¿Qué valores transmiten o quieren transmitir las instituciones educativas? ¿Puede la educación asumir la responsabilidad de guiar el desarrollo de mujeres y hombres?
Puesto que la educación está al servicio de los seres humanos, es importante promover el desarrollo de las capacidades humanas para construir sentido en un contexto crecientemente carente de él. La construcción de sentido, si bien está influenciada por determinantes externos, es función principal de la conciencia de cada ser humano. Esto significa que sea concebido no solo en su dimensión racional, sino que se amplíe esta visión a sus otras dimensiones como la emocional, corporal y relacional.
Ya no es suficiente, aunque sigue resultando fundamental, que la educación proporcione las competencias básicas tradicionales. También ha de proporcionar los elementos necesarios para conseguir una verdadera igualdad en el pleno respeto de las diferencias, ejercer plenamente la ciudadanía, contribuir a una cultura de paz y a la transformación de la sociedad.
Sería necesario antes de todo aclarar qué se entiende y qué valor se concede, en la educación, a la diferencia entre hombre y mujer. El actual discurso feminista que soporta la perspectiva de género, dando por sentada una diferencia sustancial entre ambos sexos, pretende superarla y buscar una dimensión social, política y de relación paritaria.
En el seno del discurso feminista, en cambio, encontramos posturas que sostienen una necesidad de detenerse en la diferencias, exaltarlas, sacarles provecho.
Dentro un modelo androcéntrico de educación, las que se identifican como las características femeninas no han tenido la misma atención y transmisión de las nombradas características masculinas que, como bien sabemos, actúan como modelo universal.
COMPETENCIAS
Trabajando con competencias
La competencia «no se reduce a un conocimiento o una técnica; no se limita tampoco a una actitud, sino que es una realidad compleja en la que se armonizan de forma a veces muy sutil diversos tipos de elementos. Designaremos con este término una combinación de conocimientos, capacidades y comportamientos que se pueden utilizar e implementar directamente en un contexto de desempeño. En esta conceptualización, las nociones de combinación y de contexto son esenciales. La competencia no es la simple suma de saberes y/o habilidades particulares. La competencia articula, compone, dosifica y pondera constantemente estos recursos diversos y es el resultado de su integración».
El saber y saber hacer comprenden un conjunto identificable y evaluable de conocimientos, actitudes, valores y habilidades relacionadas entre sí, que permiten desempeños satisfactorios en un campo de prácticas sociales clave.
Desde una perspectiva curricular, las competencias se definen como «las complejas capacidades integradas, en varios grados, que la escuela debe formar en los individuos porque pueden ocuparse como sujetos responsables en diferentes situaciones y contextos de la vida social y personal, a sabiendas de ver, hacer, actuar y disfrutar convenientemente, evaluando alternativas, eligiendo las estrategias adecuadas, y haciéndose cargo de las decisiones presas.La integración de las competencias supone "varios grados" tanto en el sentido temporal de sucesivas síntesis que el sujeto va logrando, como en el sentido horizontal, de articulación de las diversas competencias y los saberes y contenidos que ellas suponen».
El trabajar sobre competencias específicas favorecerá la introducción de la perspectiva de género en el ámbito educativo de manera transversal y normalizada. Esto evitará las acciones aisladas y específicas, como son los módulos de libre elección, e integrará la temática de género en el currículum académico del profesorado y del alumnado.
UNIVERSIDAD
Cómo introducir la perspectiva de género en el colectivo docente universitario usando las TIC como apoyo metodológico.
Una manera práctica y sencilla de iniciar el proceso de introducción de la perspectiva de género es la transcripción con lenguaje no sexista de las competencias transversales del profesorado e identificar las competencias existentes con perspectiva de género. Además sería conveniente definir una competencia específica de género y establecer una propuesta de contenidos de género básicos para incorporar al contenido curricular de los formadores.
En esta fase de iniciación las TIC se usan como soporte de la elaboración y distribución de los documentos pertinentes a las competencias y como herramienta comunicativa entre las/os autoras/es del proceso.
Se propone también la formación de un panel de expertos entre el profesorado con el objetivo de su implicación integral en la inclusión de la perspectiva de género en el proceso docente, teniendo en cuenta sus especialidades profesionales particulares, para que ellas/os como formadoras/es de ciudadanas/os que enfrentarán cada día más situaciones complejas y problemas sociales, puedan brindar una formación sólida en valores. El ritmo acelerado con el que la información es recibida sin ningún filtro o verificación es un motivo más para que estructuras estables de valores sean transmitidas en las instituciones educativas. Existe la posibilidad de usar una webquest debido a su sencillez como estrategia didáctica en la que las/os usuarias/os (el profesorado) construyen por sí mismas/os el conocimiento que luego aprenderán y transmitirán a sus estudiantes.
Esta herramienta tecnológica permite trabajar con contenidos que circulan en la red no siempre adecuados para su utilización en los procesos de enseñanza aprendizaje y producen ruidos en la formación. Esta razón implica que deban ser revisados para validarlos en la utilización de la introducción de la perspectiva de género entre los estudiantes. Trabajar con una webquest estimula la colaboración y la discusión, y es una herramienta de fácil integración en el currículo oculto del docente. La metodología de trabajo parte de temas y sitios web sugeridos por expertas/os en género donde el profesorado podrá encontrar información adecuada. Cuando se ha logrado un nivel de total autonomía en los temas de perspectiva de género, se pueden proponer temas de interés y elegir los más adecuados para el aprendizaje personal y posteriormente para el de sus alumnos.
CONCLUSIONES
Si el objetivo de la formación es contribuir a que el sujeto mejore sus condiciones de desempeño, entonces debemos desplazar el foco hacia el sujeto que aprende, y recuperar en sus trayectorias laborales y en sus experiencias competencias que trasciendan y atraviesen diversos desempeños a lo largo de la vida y en distintos campos ocupacionales. Desde esta perspectiva, el saber institucional debe combinarse y valorar los saberes de los sujetos. La incorporación de la perspectiva de género a la formación refuerza este enfoque porque ayuda a entender que una persona es mucho más que sus saberes técnicos: es un sujeto, con su edad, su género, su posición familiar, su historia, situado dentro de una comunidad y desde esa situación debe construir su proyecto de formación, de empleo y su proyecto laboral.
Las TIC, presentes hoy en día en nuestros ambientes universitarios, se convierten en instrumentos indispensables para llevar a cabo proyectos donde la comunicación y el trabajo en equipo son el factor de éxito que lleva a cumplir objetivos, en nuestro caso la introducción de la perspectiva de género en las competencias del profesorado universitario.
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